Crónica de un desalojo anunciado

Pero, en menos de cinco horas el magisterio retomó el centro de la ciudad

Rebeca LUNA JIMENEZ
Oaxaca, Oax.- Un desalojo anunciado. Botas que corrían a una misma orden por las calles céntricas de la capital, eran las 04.00 horas del 14 de junio, en el edificio donde se ubica el hotel del magisterio y el auditorio Enedino Jiménez en el barrio del Marquezado, llegan 11 camionetas con agentes ministeriales, entran presurosos buscando entre los más de 40 cuartos, hasta bajar al auditorio, donde sólo pudieron ser detenidos unos cuantos, el líder magisterial Enrique Rueda Pacheco había escapado por un túnel.


Mapas, croquis del plantón, del hotel del magisterio, del edificio sindical y fotos de los líderes fue lo que utilizaron los jefes policiacos para llegar a desalojar a los 25 de 72 mil maestros que dormían en 54 cuadras del centro de la ciudad, mientras la luna llena era la única testigo de los movimientos policiacos.
En el hotel del magisterio donde se realizaba la asamblea de la comisión política y ampliada para decidir las movilizaciones de éste miércoles se suspendieron bruscamente, ante el anuncio de que venía la policía fue más preciso en la dirigencia quien pudo fugarse.
En su operativo, detuvo al secretario de Escalafón, Roberto Pérez Gazga, al administrador del hotel del magisterio Miguel Huerta, a dos integrantes de la comisión política Eduardo Castellanos, Osiel Martínez y una maestra llamada Teresa, todos fueron enviados de inmediato al penal de Santa María Ixcotel ya que se ejecutó una de las 25 órdenes de aprehensión por varios delitos cometidos durante los 24 días del plantón.
Fueron menos de 15 minutos en que los policías ministeriales permanecieron en el hotel del magisterio, causaron una serie de daños y robos en los cuartos, donde según fue encontrado un arsenal, pistolas y armas largas.
La disuación que habían mencionado jefes policiacos que harían en el plantón pues no se denominaba desalojo, fue el de llegar por las calles del sur de la capital, los mercados 20 de noviembre, Benito Juárez las calles de Galeana, Aldama, Mina. Los reporteros fuimos enterados por el vocero del magisterio para estar pendientes, "ya vienen y aquí los esperamos", se escuchaba en el celular.
A las maestras se les permitió retirarse, muchas de ellas utilizaron las escuelas primarias cercanas Basilio Rojas, Enrique C. Rebsamen, Niños Héroes para refugiarse, otros se fueron a los parques Morelos y El Pañuelito para esperar información.
Sin embargo, la respuesta hacia la presencia policial no se hizo esperar por maestros que primero, fueron correteados para salirse del plantón, otros de plano los enfrentaron siendo golpeados en diversas partes del cuerpo, una maestra los retó y fue golpeada en la nariz.
Aquí los paramédicos de la Cruz Roja ya estaban alertados para prepararse al desalojo, el Cuerpo de Bomberos también para que en caso de ser necesario utilizarían sus pipas o para desactivar los tanques de gas, un operativo bien cuidado.
Sin embargo, bastaron tres cinco horas para que nuevamente los maestros entraran al zócalo y la Alameda de León para tomar el control ahí fue detenido el subdirector operativo de la Policía Ministerial, Margarito López Aragón, en tanto se incendiaba una patrulla de la corporación.
Otro policía preventivo Juan Gallardo Valencia fue agarrado en el portal Benito Juárez, los golpes continuos en su cuerpo hicieron desplomarse, después fue llevado hasta las puertas del edificio sindical y luego introducido hasta la Escuela Primaria "Basilio Rojas" donde permanecen cuatro policías que serán utilizados como rehenes para que a los maestros les entreguen a sus detenidos.
"Retiro, retiro, que se agrupen", se escuchaba por jefes policiacos, muchos perdieron toletes, cascos y hasta granadas de gas lacrimógeno que sonaban bruscamente por todo el centro de la ciudad, los negocios cerrados en su totalidad, luego se escucharon disparos de M-1, 9 milímetros y 22 en ese huir de la policía.
Enfrentamientos continuos entre maestros, organizaciones y policías, las piedras lanzadas por unos, las balas de gas por otros, un camión de la línea Urbanos de Oaxaca, entraba por la calle de Valdivieso para retachar en el hotel Marquez del Valle, ahí fue detenido el maestro del Istmo, Roger Navarro, y el chofer Héctor Dario dijo que un grupo de maestros tomó el camión a la altura de la volkswagen cuando hacia el servicio con pasaje a bordo del monumento a Viguera.
De pronto, se escucharon los helicópteros cuya intención era la de disuadir a los grupos que avanzaban hacia el zócalo, los elementos desde el aire lanzaban granadas de pimienta que provocaban el correr de propios y extraños en el plantón era la calle de 5 de Mayo donde por una hora se originó el enfrentamiento más brusco, pues de las calles de Valdivieso los policías querían cercar a los mentores.
Rostros desencajados por el efecto de la pimienta provocaba el ahogamiento por varios minutos, algunas sucursales bancarias se activaba la alerta, algunas iglesias tocaban sus campanas, los grupos seguían llegando.
Ya pasaban las horas y se conocía de una lista de 41 lesionados en la Cruz Roja, otro número igual en el cuartel de la policía preventiva en Santa María Coyotepec, la mayoría con contusiones en diversas partes del cuerpo.
No se hicieron esperar los llamados de otras organizaciones en Atzompa viene una marcha es gente de ese lugar y de San Jacinto Amilpas, se escuchaba, la radiodifusora de la UABJO, Radio Universidad era tomada por estudiantes agrupados en el Frente Popular Revolucionario, donde se mantienen desde las 11 de la mañana.
En el edificio de la Secretaría de Finanzas se hablaba de destrozos provocados por los maestros, una marcha avanza hacia el zócalo se decía y en el ambiente se vivía una tensa calma, donde esta noche se espera la llegada de las Fuerzas Especiales de Apoyo de la PFP con más de 300 elementos para activar un segundo desalojo de maestros, pero también de un llamado del secretario de gobernación, Carlos Abascal para sentarse a dialogar mañana a las 10.00 horas entre la Sección XXII del SNTE y el gobierno del estado desconociéndose el lugar.